Desde que recuerdo uno de los mejores días de cada semana era el domingo, el momento donde llegaba el periódico de fin de semana con revistas; corría todas las mañanas por él y en algunas ocasiones lo encontrábamos en el puesto de la esquina. La razón más grande es que desde niño las revistas y editoriales me han hecho soñar, aprendí a leer con ellos, descubrí lo que significa el buen gusto y sobre todo a soñar.
A soñar con cada foto, con cada texto y con cada nueva persona que descubría entre las páginas; conforme iba creciendo llego la comunicación digital y me adentré al mundo de los blogs, la forma perfecta de poder compartir e inspirar, comencé a devorarlos todos los que me encontraba, me encantaba leer sobre la vida de alguien más, las reseñas de libros, las experiencias personales e historias de poder de alguien que solo conocía por las líneas que escribía.
Compre mi primera revista hace ya más de 15 años, le siguieron otras muchas de las cuales no recuerdo nada; una vez iniciada mi vida universitaria me reencontré con esa chispa que todavía seguía encendida y de aquel niño que cargaba una libreta, un lapicero y una revista. Yo ya era mi propio editor en jefe desde los 7 años, hice mi primera revista a los 10, donde seleccionaba temas y colores, tomaba las decisiones más importantes al elegir mi portada; la intuición me llevo a estudiar diseño gráfico, llegando al cuarto semestre conocer el proceso editorial hizo que volviera a encender la llama de lo que encantaba jugar, hicimos un anuario en el cual con el talento de un gran equipo pude plasmar grandes ideas, creí que le había cumplido al niño que se sentaba a hacer notas y recortar.
A que voy con todo esto, bueno esta es la primera entrada de un gran sueño; que representa todo lo que alguna vez soñé y mientras escribo esto una noche de sábado, hay tanto que me falta por contarles; como las mil ideas que deseche al intentar nombrar un blog, al decidir cómo se tenía que llamar el texto que iba a escribir. Hubo uno antes de este, si hace 6 años que comenzamos con Diar y ha sido la experiencia más gratificante, en ese entonces no entendía mucho sobre lo que implicaba el proceso de generar contenido, yo solamente quería contar historias y compartirlas. Falle en el intento, como otras tantas veces me pareció decepcionante y catastrófico, sin embargo, nunca deje de consumir contenido tanto físico como digital.
Mis grandes referencias sin duda son las cartas editoriales, recuerdo la primera Harper’s Bazaar que compré, me senté en mi cama a entenderla (casi como terapia) o las que Kelly Talamas, editora de Vogue México y Latinoamérica, en ese entonces llego a escribir; una de mis favoritas la referencia a una canción de Madonna donde ella escuchaba su nombre y como estas hay otras tantas revistas que me han causado un gran impacto. Es por eso que no hay mejor momento que hoy para arriesgarme a otro proyecto, en el transcurso de los próximos meses, no solamente yo, sino grandes personas estarán compartiendo sus ideas, las historias que los inspiran y hacen crecer.
Después de mucho pensarlo llego el momento de hacerlo realidad, aún sigo comprando revistas, mi colección ya va por las 200 y aún más importante sigo cargando una libreta donde escribo y anoto todo lo que parece magia; voy a estar encantado de leerlos y trabajando por compartirles historias que produzcan su vida, que los hagan brillar y lo más importante que les recuerden que sin importar el tiempo que pase y las veces que se tengan que levantar, siempre vas a poder reconstruir tus proyectos, sueños y a ti mismo.
Disfruten este nuevo espacio de Diar Imagen.
Efra
